Adolfo Castañón, un intelectual editor

Desde la invención de la imprenta, a mediados del siglo XV, nunca ha sido más fácil producir un libro como ahora; esta afirmación puede ser engañosa hasta la falsedad sin la presencia de un editor, cuyo saber no se restringe al conocimiento maquinal y superficial de proceso editorial. La presencia del editor es nodal en la historia del libro y de las publicaciones impresas, aunque ahora hay quienes creen que el trabajo del editor no es una profesión sino sólo una función; incluso se llega a suponer que con los softwares de editor, son prescindibles los editores y las editoras.