Siete factores para la gobernabilidad

Estos que estamos viviendo son tiempos en los que es imperativo hablar de hechos y de realidades. Sin menoscabo de nuestras esperanzas, hay que prevenirse frente a la ensoñación. Requerimos que, tanto los gobernantes como los gobernados se refieran al Estado, a la nación y a la sociedad. No a la belleza, ni al placer ni a la felicidad. No como filósofos sino como estadistas. No complaciendo, sino conduciendo. Asumiendo su lugar sin simulación. Sabiendo y aceptando consecuencias. Trabajando, no especulando.

Pensamiento político elemental y depurado

Existen dos formas esenciales de concebir los asuntos de lo político. Una de ellas es sencilla y simplona. Es lineal y plana. Es primitiva y muy inútil para las soluciones. Algunos lo han llamado “pensamiento político elemental” y se caracteriza por un maniqueísmo que conduce a pensar que existen dos bandos definidos donde se puede encuadrar a todos los hombres.