El democratizador fue absuelto
No faltaba más: el presidente Calderón defiende a quien dio el poder a su partido en el 2000. Es lo menos que puede hacer.
No faltaba más: el presidente Calderón defiende a quien dio el poder a su partido en el 2000. Es lo menos que puede hacer.
Es incomprensible la posición de los países miembros de la Unión Europea —son 27— que permanecen callados pese a la necesidad de soluciones prácticas.
En el interior de este triángulo escaleno formado por Grecia, España e Italia, se mueven interesen distintos y, al mismo tiempo, similares.
La rapidez con la que se han tomado múltiples medidas de rasgos totalitarios empieza a hacer mella en la opinión pública.
El Estado español tendrá que firmar más cartas para reiterar su respaldo económico al que no pague a tiempo. Alemania gana otra vez.
Está atrapado y no sabe cómo salir del atolladero. Ya candidato, Andrés Manuel López Obrador firmó un pacto de civilidad en el que aceptaba democráticamente la decisión del IFE. Pero hoy, evidentemente derrotado, deja en suspense lo que hará después del recuento oficial en casillas y distritos.
Seremos tontos imbéciles y retrasados mentales si no gritamos contra el absurdo de la mayoría de los políticos.
Dividió a la clase media —la buena, con él; la parásita, fuera—, escindió a las familias: unos creyeron en él y otros lo despreciaron.
Obedece, sin rechistar, órdenes de afuera; se rinde ante la globalización y califica de violentos a quienes se rebelan contra la serie de medidas adoptadas.
“Si España tiene que ser intervenida, habrá un desajuste muy importante no sólo en el continente sino en el resto del mundo.”
El colapso se apropia de la vivienda griega y los líderes continentales apenas se dan por enterados.
Entrevista a Lorenzo Navarrete/Decano del Colegio de Politólogos y Sociólogos de Madrid
Esta peculiar nacionalización legaliza el retiro de sus funcionarios con pensiones millonarias.
Con el claro triunfo de François Hollande en Francia, la Unión Europea no tendrá más remedio que rectificar el rumbo, escuchar a la mayoría asfixiada por los recortes, reordenar la ruta del crecimiento, revisar el Pacto Fiscal, conseguir que se abra la puerta a la emisión de eurobonos y ayudar a los países que están al borde del precipicio y la violencia.
La mandataria recalcó que “habrá una asociación con capital privado”. Aquí comienzan las dudas sobre el verdadero propósito de tan drástica y esperada decisión.
La realeza se desliza por una resbaladilla incómoda y anacrónica, aunque todavía hay muchos cotos de caza en España, exclusivos, disfrazados de haciendas.
En 2006 perdió las elecciones y los estribos; gritó e invadió espacios. Lanzó acusaciones extravagantes y se dio golpes de pecho.
Los defensores a sueldo de esta innovadora decisión admiten que los evasores del fisco disfrutaron de lujos inmerecidos. Pero aseguran que eso ya está olvidado.
Hombres y mujeres en las aceras de las calles piden limosna, la mano extendida y la cara suplicante.
La inquietud se expande también a las Bolsas, los especuladores, la banca internacional y a las tres hermanas de la caridad, bastión del poderío continental.