La “sana distancia” de Calderón
Felipe Calderón se encargó de que los tres aspirantes del PAN a la presidencia de la república fueran derrotados a destiempo.
Felipe Calderón se encargó de que los tres aspirantes del PAN a la presidencia de la república fueran derrotados a destiempo.
Desde hace muchos años, la cabeza de “ocho columnas” de los principales diarios nacionales no se había uniformado.
La sequía no sólo ha alcanzado niveles de tragedia en el campo sino en la política mexicana.
Las reformas al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales para evitar que los partidos atasquen las arcas de las radiodifusoras y televisoras con dinero de las campañas y favorezcan a determinado candidato han resultado un absoluto fracaso.
Cada vez que puede, Felipe Calderón se autodefine como un demócrata, y lo hace comparando las supuestas libertades y respeto a la legalidad en su gobierno con el autoritarismo del pasado.
Miedo e incertidumbre sintetizan la percepción que tiene la sociedad con respecto al 2012.
En la operación Pemex-Sacyr, las “manos azules” se mancharon de chapopote y quién sabe de cuántas cosas más.
A presión de las fuerzas más liberales de la Cámara de Diputados, se logró cambiar la expresión “libertad religiosa” por “libertad de religión”. Sin embargo, la derecha logró herir el Estado laico.
El principal desestabilizador y causante de la división nacional no es el crimen organizado, sino Felipe Calderón.
La demanda interpuesta por 23 mil mexicanos en contra de Felipe Calderón ante la Corte Penal Internacional, por la responsabilidad de su gobierno en crímenes de guerra y de lesa humanidad
La frase del escritor Carlos Fuentes: “El 2012 es la última oportunidad política para México” resume de un solo golpe la emergencia nacional y las condiciones en que dejará el país el gobierno de Felipe Calderón.
No hay memoria de un espectáculo tan deprimente como el que dio la candidata del PAN al gobierno de Michoacán
Cada día se debilita más el Estado mexicano. Nadie, empezando por el gobierno —quien fue el primer declarante— acepta que estamos en guerra.
Felipe Calderón quiere imponer a Ernesto Cordero en la silla presidencial y a Luisa María Calderón, alias la Cocoa, en Michoacán.
Cada vez que un político mexicano propone la privatización de Pemex se encienden las alarmas y trae a la memoria la cantidad de negocios ilícitos
La entrevista que concedió Felipe Calderón al diario norteamericano The New York Times en días pasados, y que enredó al gobierno federal al intentar corregir y desdecir al Presidente, es mucho más reveladora de lo que se cree. Calderón desnuda, entre líneas, sus omisiones, debilidades, verdades a medias y obsesiones. Aunque también, ¿por qué no Seguir Leyendo
Como agorero del desastre —él y Manuel Camacho Solís siempre lo han sido—, Marcelo Ebrard salió con un espantapájaros: “Gobierno de coalición o regreso al viejo régimen del PRI”. ¡Uyyy… qué miedo!
La mejor condecoración que podría recibir la ministra de la Corte, Olga Sánchez Cordero —nominada para la medalla Belisario Domínguez— es el veto del Partido Acción Nacional.
Hace unos días, los mexicanos volvimos a ser espectadores de una imagen indigerible
El Consejo Político Nacional del PRI tendrá que definir, al final del día, el procedimiento. Sin embargo, valdría hacer algunas preguntas.