Eusebio Ruvalcaba
En homenaje a Eusebio Ruvalcaba, Ricardo Muñoz Munguía, Emilio Lluis, Carlos Martínez Rentería, Mauricio Carrera, Javier Galindo Ulloa aportaron textos.
En homenaje a Eusebio Ruvalcaba, Ricardo Muñoz Munguía, Emilio Lluis, Carlos Martínez Rentería, Mauricio Carrera, Javier Galindo Ulloa aportaron textos.
Sus trabajos estuvieron ligados a otro de los notables de la arquitectura mexicana, Abraham Zabludovsky. Fruto de esa colaboración se levantaron sus construcciones más emblemáticas, como el Auditorio Nacional.
La labor de Luis Mario Schneider, si tuviera apellidos, serían Literatura Mexicana. Su trabajo se aferró a una fuerte concentración en escritores que no necesariamente aparecían en los primeros escenarios oficialistas y que, incluso, algunos eran opacados por recibir la espalda de quienes estaban cómodamente en su lugar en grupos cerrados de la literatura. Diría Octavio Paz, también a propósito del quehacer y la presencia de Schneider: “ni es pájaro ni vuela: excava, descubre, resucita. Con tacto, inteligencia y perseverancia, frente a nuestra funesta manía de enterradores, exhuma, revela, revive”.
La muerte siempre se deja ver con un pie en el terreno de la realidad y con el otro en los campos de la ficción. Aquí, en el libro Mi corazón es la piedra donde afilas tu cuchillo (ERA, México, 2014; 101 pp.) de Luis Carlos Fuentes, tales fronteras oscilan con la fuerza de la pasión, con el filo del miedo, con la punzada de los sueños, con la gota tortuosa de la amenaza…
Escribir, en sí, es una forma de ejercer la libertad. Por otro lado, también existe la libertad al escribir, como sucede en el más reciente libro de José Ramón Ruisánchez (Ciudad de México, 1971).
Celebrar la palabra no sólo es uno de los mejores aciertos para el valor del hombre y su relación con su sociedad, sino, también, es voltearle la cara a lo que padece nuestro país: la violencia.
Su infancia y su juventud ahora reclaman un sitio en las letras de Guillermo Samperio. El escritor ha expuesto su imaginación en toda su obra pero en una reciente charla con él, reconoce que le inquieta sobremanera escribir sobre sus vivencias, que son muchas, y, con ello, ilustrar el México que le tocó vivir. Y, quizá sobre lo que será su próxima obra, lo cuestionamos.
Guillermo Samperio (Ciudad de México, 1948) se describe como un escritor “polifacético”. Eso es, pues ha abordado prácticamente todos los géneros literarios. Continuamente la memoria lo lleva a recorrer sitios y vivencias tanto de su infancia y de su juventud. Y sobre ello charlamos con el autor de más de media centena de libros.
La ciencia y la cultura, ciertamente son dos conceptos en un mismo balde.
La voz nace del árbol, de los animales, de las sombras…, nace esa voz que atrapa la poeta Coral Bracho para desplegarla, como si de un ave se tratara y la arrojara al viento, a los escenarios de la naturaleza y sus colores.
Ricardo Muñoz Munguía Pasión y anhelo, tatuaje y memoria, sueños y fractura, amor y palabra. Son los cuerpos que parecen correr desnudos a lo largo de las páginas de Volaré contigo. La Odisea (Editorial Ariadna, México, 2015), libro más reciente de Gonzalo Valdés Medellín. Novela poética o poesía novelada, también novela envuelta en una de Seguir Leyendo
La ciencia, por lo regular, cobra un gesto solemne.
Ignacio Manuel Altamirano (Tixtla, Guerrero, 1834 – San Remo, Italia, 1893) retrató en gran parte de su obra la realidad mexicana de su tiempo, de la que era fiel testigo. La oportunidad de acceder a la escuela —lo que prácticamente era negado en su tiempo y en su condición de ser hijo de una familia indígena— lo llevó a tener una postura liberal.
A escasos tres días de cumplirse tres décadas de temblor del 85, en la Ciudad de México, nos enteramos de un fuerte sismo en Chile de 8.4 grados en la escala de Richter, que sucedió la noche del miércoles 16 de septiembre pasado; primero un terremoto, y después un maremoto, golpearon fuertemente el puerto de Coquimbo, la zona con mayor daño en el país chileno.
Diversas luces literarias y periodísticas se desprenden de la figura de don Rafael Solana, de quien se conmemoró recientemente su centenario. Sin embargo, su presencia no ha tenido el sitio que merece, y que tanto se le debe en las letras, sobre todo, nacionales. Afortunadamente, una nueva edición sobre el escritor veracruzano (en portada una imagen de Freire, la que apareció en la revista Siempre!
El asombro que nos provoca un libro o una charla nos hace voltear hacia las extensiones del punto que indica el asombro. Así fue que en días pasados tuve la oportunidad de charlar con Mario Saavedra (Santa fe de Bogotá, Colombia, 1963) .
Uno de los principales tinos del escritor, es zafarse o deslindarse de la circunstancia que lo aqueja, del prejuicio, de los estereotipos…, no como una medida de lo que no se debe retratar, sino de lo que el álter ego no puede permitir que se retrate.
El poeta encumbra los sentidos. Su construcción de la palabra estructura las diversas formas de la mirada, la que sobrepasa la vista, es decir, más allá de exponer el ojo como un medio, la mirada es una mano que atrapa los vuelos de la mariposa, las heridas de algún caminante, la sangre del alma, cualquier alma, hasta de la piedra.
La historia se ubica en África, y con mayor peso en este sitio se retrata la tragedia y el abuso machista, pero bien puede tratarse de algún país de Oriente, de América o de donde sea.
El sentido común, la visión y, principalmente, la determinación de enfrentar a una sociedad equívoca, es buscar una rosa en un invierno crudo. Mas la esperanza puede ser la mejor ruta para conseguir tal fin.