Islam, una vieja guerra

Los mexicanos, que somos país de migrantes, que no podemos retener a nuestra población con una vida digna y suficientes trabajos, debemos tener una espontánea solidaridad con esos migrantes que hoy por hoy llegan a Europa huyendo sobre todo de los conflictos de Oriente Medio. Ese río humano que tiene que cruzar el mar y brincar de país en país para llegar a un prometido paraíso que es la rica Alemania y los otros países prósperos de una Europa muy desigual.

El peligro es Trump

Confieso que generalmente se me da el trato con lo demás y que con facilidad me gustan las personas. Pero también admito que hay algunas que rechazo instintivamente y con las cuales me es muy difícil tener la mínima cortesía. Hay ciertos tipos de gente que me pone a la defensiva y a la ofensiva. Entre ellos está cierto tipo de empresario de provincia profundamente reaccionario y finalmente pueblerino. Gente que combina la ignorancia con la arrogancia.

Guadalajara es un desorden

Entre las sorpresas políticas de las recientes elecciones, junto con la llegada de el Bronco a la gubernatura de Nuevo León y los éxitos de Morena en la Ciudad de México está el triunfo de Enrique Alfaro Ramírez que lo llevará a la Presidencia Municipal de Guadalajara. Y no sólo eso sino que el partido por el cual jugó Alfaro, Movimiento Ciudadano, gana prácticamente la zona metropolitana que rodea a Guadalajara (tres municipios) así como Puerto Vallarta.

Romero, beatificación para el optimismo

Hace unos días, El Salvador, un país por largos años martirizado, celebró la beatificación de su arzobispo Óscar Romero, gracias al apoyo del argentino papa Francisco. La beatificación que, según entiendo es un trámite por cumplir antes de la canonización, es un suceso religioso pero también tiene un aspecto altamente político para nosotros mexicanos y latinoamericanos.

Guadalajara sitiada

Vivo en una ciudad sitiada. Me refiero a Guadalajara que hace unos días sufrió el cierre de todas sus salidas carreteras con camiones y vehículos incendiados en un audaz y eficiente golpe de quién sabe quién. Porque nunca se sabe quién es realmente responsable y para la mayoría de los ciudadanos, en la que me cuento, la verdad oficial es, cuando menos, dudosa. El sitio fue rápido y causó, por supuesto, un inmenso desorden en la circulación normal de la ciudad.