Un presidente atascado y encerrado en su Palacio
La furia de Otis dejó ver la pequeñez de un presidente que gusta parecer todopoderoso. Al que le gusta hablar como un Moisés frente al mar: “¡Que se abran las aguas!” “¡Vamos a poner de pie a Acapulco en poco tiempo, me canso ganso!”.