Con el actual gobierno México a la deriva
Lamentablemente este sexenio el Plan no cumple con los lineamientos técnicos que todo plan de gobierno requiere, este gobierno publicó una pieza de oratoria propia de un discurso de campaña.
Lamentablemente este sexenio el Plan no cumple con los lineamientos técnicos que todo plan de gobierno requiere, este gobierno publicó una pieza de oratoria propia de un discurso de campaña.
L. es indefendible y está haciendo lo que casi cualquiera en su posición haría, intenta negociar un poco de caridad pública a cambio de poder vivir algo de su vida, si es que a lo que le sigue, se le podrá llamar “vida”.
Ahora el Gobierno federal enfatiza más la calidad de estos servicios con relación a los más marginados. Por eso, propone a personalidades de las etnias wixaricka de Jalisco, tepehuana de Durango y Cucapá de Baja California.
Los que lo proponen, sugieren o se hacen ilusiones con tales alternativas, no saben de lo que están hablando; desconocen la naturaleza de las instituciones públicas; y olvidan que las elecciones deben ser periódicas, llueva o truene.
Cabría considerar esos ingredientes para establecer que, en gran parte, habrá un conjunto de elecciones locales que generarán una influencia propia en la federal.
Estas intentonas regresivas en materia de derechos no son ninguna novedad pues los grupos conservadores lo han hecho así por ejemplo, en temas tan relevantes como el de la interrupción legal del embarazo
En los últimos meses, el ingreso económico de la población se ha visto afectado por el aumento del desempleo, por el “descanso” sin goce de sueldo al que han sido forzados miles de empleados e incluso porque las personas no pueden salir a buscar trabajo.
Lo que ocurre de este lado de la realidad, en el universo nuestro, es que fenómenos como la pandemia se convierten en puntos de inflexión de las sociedades.
La única pax narca que vale ocurre cuando todos los grupos pactan la paz; sin embargo, siempre queda latente el síndrome del alacrán y el sapo, porque el primero pica a quien le salva la vida porque es su naturaleza.
A decir y bien del analista y amigo Eduardo Torreblanca, nos guste o no, quien manda en el país es el crimen organizado “pone los muertos, la economía, las armas y la política”.
Hoy, muchos añoran la escuela que estuvo vigente hasta febrero de este año; he escuchado en foros virtuales y leído piezas donde se hacen elogios desmedidos de la educación presencial, la que se partió en marzo.
En esta mal llamada “cuarta transformación” donde todas las instituciones públicas han sido dañadas con recortes presupuestales, el deporte ha tenido su presupuesto más bajo en la historia.
Más allá de las recomendaciones, el diseño de protocolos para contener su avance y los esfuerzos institucionales lo que se ha dejado ver es una negligencia brutal en muchas personas que no creen y se exponen temerariamente al contagio.
Muchos de ellos creyeron que el mesías tropical, como bien lo describiera Enrique Krauze, era la salvación para muchos de los más graves problemas en que por décadas hemos estado inmersos.
México ocupa uno de los últimos lugares en gasto per cápita en salud, gastamos (quizá sería mejor decir invertimos) menos de la tercera parte del promedio de inversión entre los países miembros de la OCDE.
El tema implica de manera directa al sector agropecuario, toda vez que la rabieta del secretario Toledo se detonó luego de que su homólogo de Agricultura, Víctor Villalobos, subiera un anteproyecto de decreto presidencial sobre el uso del glifosato.
La disminución de los tiempos fiscales fue una añeja pero latente demanda del empresariado de la radiodifusión desde la década de los 80 del siglo XX que sólo buscó anteponer sus criterios de rentabilidad comercial privada.
Bajo el temor a un rebrote de contagios de Covid-19 ha surgido un debate sobre cómo conducir la jornada electoral. California, Colorado, Hawái, Oregón, Washington y Utah llevarán a cabo las votaciones por correo.
En virtud de que la pandemia subsiste y el peligro de contagio sigue latente, la reanudación de labores en el PJF no se realiza en un contexto de “normalidad”, pues para ello ha sido necesario algunos ajustes que requiereren de asimilación.
Ya que comprende los desastres de sus actos y omisiones (en salud pública) y no da su brazo a torcer, no reconoce su responsabilidad, no acepta su equívoco, sino al contrario, su actitud corresponde a quien soberbio asegura: no me equivoco nunca.