De la telebancada al telecongreso
De aquí la gran importancia de observar si el nuevo gobierno de la “cuarta transformación” se doblegará ante las presiones de la fuerte telecracia y radiocracia.
De aquí la gran importancia de observar si el nuevo gobierno de la “cuarta transformación” se doblegará ante las presiones de la fuerte telecracia y radiocracia.
Terminaron convirtiéndose en elementos simuladores o decorativos del actual prototipo desigual de comunicación masiva.
El IFT quedó capturado por los poderes fácticos mediáticos que buscan subordinar o anular su autonomía.
El Senado no protegió a los ciudadanos de las prácticas abusivas de los concesionarios en materia de garantías comunicativas.
Se descartaron como derechos de las audiencias todos los que se derivaron de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión.
Lo que se tejió fue la construcción de un nuevo orden jurídico a modo para consolidar todavía más los enormes privilegios de los oligopolios de la información.
La Corte detuvo el avance de este megaproyecto anticonstitucional, injusto y abusivo sobre el modelo colectivo de comunicación.
El Estado protegió los intereses de los grandes monopolios de la radiodifusión.
Se debe diferenciar con claridad la información noticiosa de la opinión de quien la presenta.
Razón suficiente para que tales industrias se apeguen rigurosamente al cumplimiento de los principios de los derechos humanos.
Los emisores de comunicación colectiva tienen responsabilidades fundamentales que cumplir frente a sus audiencias.
Recibir contenidos que incluyan información sobre acontecimientos de carácter político, social, cultural, deportivo de interés general.
Los concesionarios de radiodifusión o de televisión o audio restringidos deberán expedir códigos de ética para proteger los derechos de las audiencias.
En pie de lucha…