El buen maestro
Mi maestro Agustín sabía mucho, leía, pero sobre todo nos quería con un compromiso que hoy día hace más falta que nunca.
Mi maestro Agustín sabía mucho, leía, pero sobre todo nos quería con un compromiso que hoy día hace más falta que nunca.
Más de medio millón de mexicanos muertos por homicidios relacionados con los niveles de violencia asociados a la lucha contra el narcotráfico son cifras equiparables a los de una guerra.
El equilibrio propio de la democracia, el que debe imperar siempre entre la ciudadanía y el poder es la única manera posible de conseguir un mínimo de armonía social duradera.
Nos está enfrentando la ignorancia, las teorías de la conspiración y la sospecha en una mezcla de odio muy peligrosa para la nación.
Con frecuencia se desprecia el valor del escaso tiempo de ocio como un elemento fundamental de bienestar y de salud mental.
El reto para alcanzar un buen futuro es la formación de jóvenes con disciplina, flexibilidad, habilidad y capacidad para evolucionar frente a esos cambios.
Si las cosas salen mal el culpable es el pueblo.
La prudencia no es una regla, es más bien como un arte.