“Me equivoqué en haber tardado tanto en percibir que la situación era más grave de lo que imaginábamos (…) y no hay forma de garantizar” que el país salga de la recesión en 2016, admitió la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, en una entrevista.
Sin acuerdos, este domingo venció el plazo para que el líder conservador griego Vangelis Meimarakis formara un nuevo gobierno con la alianza de izquierda radical Syriza, ante la renuncia del primer ministro griego, Alexis Tsipras.
El tercer rescate, de 85 mil millones de euros a tres años, fue aprobado durante la madrugada de este viernes por el parlamento griego, con un estricto plan de austeridad, que combina recortes de presupuesto y reformas estructurales acordado con los acreedores.
La responsabilidad de la actual crisis económica y política de Brasil no es de la mandataria brasileña, Dilma Rousseff, aseguró el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva, además de que las dificultades financieras comenzaron “en el corazón de Estados Unidos”.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, afirmó al término de la cumbre entre su país y la Unión Europea que “está dispuesto a hacer su parte” para resolver la crisis de la deuda en Europa.