El exceso de información es desinformación
Se trata de aprovechar el tiempo en la medida de las posibilidades, para que dentro de lo anormal, llevemos una vida normal.
Se trata de aprovechar el tiempo en la medida de las posibilidades, para que dentro de lo anormal, llevemos una vida normal.
La realidad es que hay enfermos y muertes por miles. Al menos tres hospitales privados han anunciado que ya no podrán recibir más pacientes pues todos sus respiradores se encuentran ocupados.
El principio que establecieron, lo llamaron “salvar la mayor cantidad de vidas por completarse”, es decir, que este debe ser el criterio a tomarse para decidir quién debe salvarse y quién no.
Reflexionar y discernir, se presenta como una gran oportunidad para valorar que un simple virus trastocó la normalidad -o mejor dicho la anormalidad- mundial. Pues es este el tiempo en el que a una velocidad vertiginosa hemos tenido más avances científicos y tecnológicos.
Seguimos en nuestras casas por la pandemia del coronavirus, así estaremos durante varias semanas. Ha sido un período de vacaciones que en los hechos no lo son, pues no hemos podido desplazarnos como se hace en este período de tiempo.
Mas allá de las convicciones personales, el ser humano siempre ha buscado su relación con lo trascendente, mucho de lo cual no puede explicarse.
Lo menos que podemos hacer todos es quedarnos en casa. Aunque ese todos no refleja la realidad, pues hay quien quiere hacerlo, pero no puede, porque depende de su trabajo que realiza día a día.
Ejemplos de naciones donde se han tomado las cosas con mucha seriedad y han logrado tener las menores consecuencias, son Rusia, Canadá, Estados Unidos y varios países europeos como Inglaterra o Dinamarca.
Las imágenes fotográficas y de video revelan grandes cantidades de mujeres con su vestimenta morada, sobre las grandes avenidas donde pasaron, se integraban con las hermosas jacarandas en flor para dibujar un inmenso río de gran colorido.
En este campo el artículo 113 Constitucional en su fracción segunda, establece que el Estado será responsable de indemnizar a los particulares por las afectaciones que deriven de la actuación de las autoridades.
Un problema de violencia y ataques contra las mujeres que no se puede ocultar y no se debe minimizar. Por el contrario, debemos darle su justa dimensión.
Que el Presidente de la República López Obrador diga que las cifras de feminicidios opacan su rifa, que los homicidios de las niñas secuestradas son para desviar la atención, y para causar daño a su proyecto de cuarta transformación.
Como hace muchos años no pasaba, quien ostenta el poder ejecutivo tiene control sobre las dos cámaras encargadas de la revisión y reforma de la Constitución, es decir, tiene el control del Constituyente permanente.
Así, a un año de ejercicio del poder ha tomado decisiones que afectan los derechos humanos fundamentales como: el derecho a la salud que ha sido minado.
Ahora amenaza que está amarga experiencia se prolongue a sábados y domingos con el afán de contestar todas las aseveraciones de la oposición ya que el Ejecutivo Federal no tolera las contradicciones.
Debemos de alzar la voz y denunciar las pretensiones autoritarias de imponer un régimen totalitario, que violenta los derechos humanos y que pasa por encima del Estado de Derecho para perpetuarse en el poder.
A ello hay que sumar la falta de médicos y enfermeras, que no se debe a que no existan profesionales de la salud, sino a que no hay plazas suficientes en el sector salud y las que hay son muy mal pagadas.
En México el tiempo desaprovechado para lograr un crecimiento económico ya está generando estragos, se puede redirigirse la nave y cambiar de derrotero pero lo perdido muy difícilmente se recupera.
Recordando uno de los propósitos de la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción (UNCAC) es promover la integridad, la rendición de cuentas.
La corrupción según la real academia es la descomposición de las cosas, la alteración de la esencia de algo, corromper es alterar la forma, el contenido la razón de ser.