Gobierno de coalición, única coincidencia con el PRI
“Hay una diferencia con el pasado, en 1988 la exigencia era que se contaran bien los votos, ahora es que dejen de robar”: Fernando Belaunzarán/Miembro del grupo perredista Galileos
“Hay una diferencia con el pasado, en 1988 la exigencia era que se contaran bien los votos, ahora es que dejen de robar”: Fernando Belaunzarán/Miembro del grupo perredista Galileos
El éxito depende de lo que ocurra en el proceso electoral de 2018.
Esta nueva coalición de gobierno que forja la izquierda es viable porque “sabemos escuchar la diferencias, de ahí que es necesario construir este Frente ante la crisis profunda que padece el Estado mexicano”.
Debe prevalecer el ánimo constructor encaminado a cimentar bases sólidas que garanticen armonía social; ética en el servicio público; igualdad y libertades en democracia.
Se dan flujos y contraflujos, renuncias y bienvenidas, que no es nada más que el cálculo que hacen los actores para ver dónde les va mejor.
No existe la garantía de jalar el voto útil a favor del Frente Amplio.
“No se trata de una fórmula química del agua y el aceite o de una situación matemática que si sumamos el PAN y el PRD ganamos.”
En el Verde no cancelan ninguna posibilidad de diálogo con ningún instituto político.
Hablar de que dos institutos políticos contrarios pueden llegar a alcanzar un acuerdo que trascienda las elecciones, es algo de lo que se tienen ejemplos en otras partes del mundo.
Lo importante es que las reglas tradicionales de la política están rotas y que los partidos van a escoger a sus candidatos y presentar sus plataformas a partir de fórmulas novedosas que involucren directamente a la sociedad.
Una encuesta realizada por “El Universal”, el pasado 9 de julio, pone al Jefe de Gobierno de la CDMX adelante de las preferencias.
A estas alturas, el PRI puede estar ante la posibilidad de perder abierta y arrasadoramente la Presidencia de la República en 2018. Entrevista con Juan Zepeda y Jesús Zambrano.
Desde hace mucho tiempo, el PRD dejó de ser una herramienta útil para la transformación de la sociedad.
Por lo tanto, las diferencias irreconciliables que existen entre todas esas fuerzas que están llamadas a integrar este FAD son, según Barrales y sus cuates, peccata minuta.