Debacle de la Ley de Seguridad Interior
Los argumentos trazaron los principios inderogables del derecho nacional y del derecho internacional.
Los argumentos trazaron los principios inderogables del derecho nacional y del derecho internacional.
La Honorable Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió, en Ejecutoria, que la Ley de Seguridad Interior es inconstitucional.
“Si no se atienden las inconsistencias que presenta, pero sobre todo si no hay diálogo real que ayude a que se aterrice en una política pública seriamente plateada”.
“Las insuficiencias de nuestras policías se explican, no por su incapacidad ni por su corrupción intrínsecas, sino por la indolencia de actores políticos que las han condenado al abandono”.
El problema radicará en el hecho de que el jefe de la seguridad del país será el presidente de la república.
Poner en el centro de las políticas públicas la dignidad de las personas.
Una parte importante del Ejército y de la Marina salieron a dar la cara por nosotros, sin embargo, no todo salió como se esperaba.
Los tres países más violentos son precisamente los que están utilizando un enfoque militarista para su seguridad interna: El Salvador, Venezuela y México.
Quiere formar su propia clase política, la nueva economía de Estado, las nuevas instituciones y una sociedad aplaudidora, masificada y sumisa.
No podrá cubrir la crisis severa de seguridad en cuando menos la mitad de la república. Y a ello se agrega la presión de la Casa Blanca.
Las voces ciudadanas y los expertos en la materia deben ser escuchados detenidamente.
La reforma a la administración pública es el primer cartucho de dinamita que se coloca a los cimientos de la democracia institucional; es un golpe seco al federalismo y la soberanía de los estados.
El fracaso de los organismos policiacos quiere ser aprovechado por la Casa Blanca para enviar tropas militares a México.
En el borrador del fallo se propone declarar la validez de la ley en lo general e invalidar solamente algunos de sus preceptos específicos.
La estrategia de López Obrador tardará en consolidarse y quizá más en implementarse.
Mientras el gobierno saliente prácticamente abandonó el tema y el entrante se pierde en discusiones muchas veces sin sentido, el apocalipsis de la violencia sienta sus reales.
¿Cuenta el Estado mexicano con la factibilidad de buscar a las personas desaparecidas y procesar a los responsables?
“No creo que haya sido [lo de la carta] una cuestión de generales, pudo, sí, haber sido algún general en retiro”.
La Ciudad de México se ha convertido en una plaza más que los carteles se disputan, con el único lenguaje que conocen: la violencia.
“No solo es un problema de dinero, sino de que la gente ya no quiere enrolarse en las filas de la Policía Federal, el Ejército o la Marina”.