El caos y los partidos
Seguimos padeciendo una democracia cara sin los resultados esperados por la sociedad.
Seguimos padeciendo una democracia cara sin los resultados esperados por la sociedad.
¡Tantas cosas por corregir y enmendar, tanto que arreglar, tanto que componer, tanto por qué llorar, tanto por qué sonreír, tanto por qué luchar!
No existe mayor motivo para la reacción social que los actos injustos.
Se ve difícil que puedan salir acuerdos interesantes en las Cámaras, por el contrario, los incentivos se encuentran en la descalificación.
La distribución de culpas y el reparto de descalificaciones están como campanas llamando a misa.
Evidenciar los errores cometidos por los adversarios y exhibirlos con elementos es completamente válido; otra cosa es calumniar y denostar sin sustento.
Ni el informe ni el nuevo PRI alientan el cambio necesario para México, pues el continuismo dejó de ser opción.
Tal parece que desde el exterior nos ponen la agenda y nos dan la nota roja.
El éxito depende de lo que ocurra en el proceso electoral de 2018.
Debe prevalecer el ánimo constructor encaminado a cimentar bases sólidas que garanticen armonía social; ética en el servicio público; igualdad y libertades en democracia.
El fenómeno se encuentra presente y avanza con mayor rapidez en la sociedad que en la capacidad del Estado.
Se mueven, opinan y procuran construir una imagen de transformadores del país.
De continuar como va, seguirá siendo una pesada carga sin beneficio alguno y puede terminar como refugio de impunidades.
Se han roto los equilibrios; los árbitros electorales están rebasados; el tejido social quebrantado…
La relación entre la sociedad y el Poder Legislativo en la entidad se ha roto.
Caemos en la indiferencia de dejar pasar, dejar hacer, refugiándonos en las pláticas de café y en los comentarios de las redes sociales.
Quienes tienen el poder se aferran a toda costa en la perpetuación de un continuismo.
Para nadie son un secreto las aspiraciones de Anaya que en su afán de ser el candidato se ha excedido.
El hastío de la gente frente a los abusos y excesos de las autoridades se ve reflejado al momento de emitir el sufragio.
El Estado de México es la cuna de las imposiciones, las corruptelas, las historias trágicas y las complicidades.