Así de grave es la cuestión: ¿parlamento mundial o ecocidio?
Muy triste, que nuestros hijos y nietos nos podrían reclamar que sabiendo que hay una solución, la dejamos pasar.
Muy triste, que nuestros hijos y nietos nos podrían reclamar que sabiendo que hay una solución, la dejamos pasar.
El reto de la próxima Conferencia anual de las Partes (COP) del 3 al 14 de diciembre en Katowice es, precisamente, que los casi 200 países asistentes adopten a nombre de la comunidad internacional las reglas para la puesta en práctica del Acuerdo de París, el cual busca contener el recalentamiento del planeta bajo el umbral de los 2 °C.
Sostiene, sin embargo, sus dudas acerca de que lo ocasione el hombre.
Depende de que quien tome las riendas del país esté comprometido en la materia del cuidado del ambiente y avale el Acuerdo de París.
Negar que el clima está yendo hacia el progresivo calentamiento y desertización es simple ignorancia.
Las oportunidades se han cerrado y el futuro se ve incierto.
La conducta del presidente Trump ha logrado chocar con prácticamente todos los países miembros del G-20 y con las principales ideas y proyectos promocionados por varios gobiernos.
Entrevista con Birgit Lamm/Fundación Friedrich Naumann.
A este ritmo de crecimiento de consumo energético y paralelamente al crecimiento poblacional, difícilmente podremos cumplir con las metas de la Agenda 2030 y el Acuerdo de París.
Retirarse del mayor pacto ambiental en la historia de la humanidad fue considerado por nacionales y extranjeros como “darle la espalda al futuro”.
No son cuentos chinos, señor Trump, y sobre ellas urgen acciones eficaces.
De ahí que al paso de los días, adversarios (progresistas y conservadores) y simpatizantes todavía no saben como catalogar al rubio gigantón que pese a su riqueza todavía no ha aprendido a vestir con propiedad.
“Triunfaremos porque estamos comprometidos. Todos compartimos la misma responsabilidad: Hacer nuestro planeta grandioso de nuevo”, dijo el presidente Macron.
La ONU y la Unión Europea lamentaron la decisión del Presidente Trump, “constituye una gran decepción”.
Es el segundo país que más contamina; su retirada supondría un duro varapalo.