En medio de las armas, las leyes callan
Los países de la periferia adquirieron entonces habilidades diplomáticas basadas en el conocimiento histórico y rara vez se apartaron de las reglas tácitas e implícitas impuestas por los poderes hegemónicos.
Los países de la periferia adquirieron entonces habilidades diplomáticas basadas en el conocimiento histórico y rara vez se apartaron de las reglas tácitas e implícitas impuestas por los poderes hegemónicos.
Desde un punto de vista teórico, esta ruta confiere la razón a las tesis de Thomas Hobbes y Nicolás Maquiavelo, en detrimento del arreglo social propuesto por John Locke y Emmanuel Kant.
Para Claudia Sheinbaum, lidiar con Trump no es una tarea fácil; debe enfrentar elogios y un trato aparentemente preferencial hacia su país y debe intentar contener los efectos de las palabras del presidente estadounidense que acusan a México de estar controlado por los cárteles.
La guerra (caos) es justa si observa normas y reglas de validez universal y cuando quien la ejerce es su víctima. Por el contrario, si la emprenden actores poderosos, estos la justifican como recurso para alcanzar objetivos acordes con sus intereses.
Dicho modelo, conocido en la teoría de las relaciones internacionales como realismo contingente, privilegia la acción cooperativa por encima de la competitiva…
Un vistazo a sus publicaciones en medios escritos y electrónicos confirma su preocupación en temas asociados con rezagos sociales, exclusión y guerra, entre otros.
Todo frente diplomático que se abra para este tipo de propósitos, debe recurrir a lo mejor del poder suave y poner sobre la mesa de negociación fórmulas que ofrezcan vías de escape al conflicto…
En poco tiempo, hemos sido testigos de la forma en que Estados Unidos pierde autoridad porque archiva la política exterior que suma y la sustituye por otra, que demerita alianzas y la cooperación que tradicionalmente le han ofrecido tantos países amigos.
En un entorno global incierto y de riesgo, las amenazas son poco útiles porque restan valor a la buena diplomacia (contundente y prudente), que analiza escenarios y descarta medidas radicales porque rompen consensos estructurales y traen consecuencias indeseables y disruptivas.
Como nunca, la toma de decisiones recae en la Casa Blanca, donde parece no haber mentores intelectuales que la nutran con base en la rica experiencia diplomática de Washington.
Este resultado tiene potencial para modificar el liderazgo legítimo de Washington en un entorno mundial muy complejo, donde el más reciente y peligroso capítulo de la Guerra Fría exige cautela diplomática.
En este contexto, el hartazgo y la ira acumulada por la falta de respuesta de las autoridades a los requerimientos de la gente, ha propiciado comportamientos electorales inéditos.
La transformación virtuosa del mundo por la vía del Derecho, el diálogo y el estímulo a la cooperación para el desarrollo, cede ante una globalización de competencias desleales, que avanza intereses unilaterales y erosiona el concepto tradicional de soberanía.
En un mundo frágil, la diplomacia es correa de transmisión de textos, mensajes y documentos legales entre protagonistas que comparten objetivos de paz, guerra o cooperación.
Aunque remoto, hay espacio para un arreglo alternativo y auspicioso. Para emprender el cambio se requiere una idea de paz sostenible, que posibilite procesos de reconciliación política…
Existe, sin embargo, otra cara de la diplomacia, que a contrario sensu, la asocia con el ejercicio de la violencia para perfilar una negociación a modo o someter al interlocutor.
Es así, entre varios motivos, porque las potencias, en abono a sus intereses, durante décadas han violentado normas jurídicas, lo que ha mermado su liderazgo…
Para la paz y la pacificación, es fundamental. Vigila conflictos potenciales y los contiene; al hacerlo aporta a la estabilidad de sistemas políticos variopintos. También es útil porque disuade la violencia mediante su uso o la amenaza de su uso.
A nivel internacional, la dupla empatía-solidaridad que alimenta la diplomacia humanitaria contribuye al éxito de iniciativas destinadas a crear condiciones para el desarrrollo y la paz.
Hace más de dos milenios que Tucídides relató la guerra del Peloponeso y afirmó que quien puede recurrir a la violencia no tiene necesidad de recurrir a la justicia. Desde entonces, poco han cambiado las cosas.