No a la partidocracia
El mismo presidente Andrés Manuel López Obrador tuvo una larga militancia en el PRI, desde su juventud hasta finales de 1988 cuando no consiguió ser candidato del PRI.
El mismo presidente Andrés Manuel López Obrador tuvo una larga militancia en el PRI, desde su juventud hasta finales de 1988 cuando no consiguió ser candidato del PRI.
La ola de protestas, que se expandió a otras ciudades y regiones del país, desencadenó el inicio de la época conocida en el país como «La Violencia», que terminó diez años después, en 1958.
Es de gran importancia el despositar los restos de Arnoldo Martínez Verdugo, dirigente del Partido Comunista Mexicano, durante las últimas dos decadas de la existencia de ese partido, en la Rotonda de las Personas Ilustres ubicada en el Panteón de Dolores.
Es casi nula la presencia en el debate de los críticos radicales del gobierno. Eso ha contribuido a otorgar el monopolio de las posturas de izquierda al gobierno, su partido y sus aliados. No es exactamente así.
Lejos de manifestarse a favor de los derechos humanos y la libertad, exigiendo la liberación de más de 200 personas desde entonces, hace 10 meses, se deshizo en elogios a la dictadura.
Resulta muy grave que la actitud de la jefa de Gobierno, a un año del siniestro en la línea 12 del metro, consista en descalificar a la empresa contratada por su propio gobierno para realizar un informe autónomo.
Hay también muchos elementos de descontento creciente contra el gobierno, que son difíciles de medir. Cada día hay más grupos y personas que votaron por AMLO en 2018 y actualmente están arrepentidos.
Los dueños de los medios masivos son presionados por altos funcionarios del gobierno para despedir a ciertos opinadores incómodos y en su lugar colocar a propagandistas del presidente, eso ha ocurrido en casi todos los periódicos.
El presidente puso toda la carne al asador para obtener el 40 por ciento, 37 millones, que se requería para que la consulta fuera obligatoria. Uso
El presidente ha echado a andar toda la fuerza del Estado, de todos y cada uno de sus aparatos, para conseguir el mayor número de participantes en una consulta absurda.
Ahora estamos viviendo una fanatización extrema entre los miembros de Morena, sus aliados del PT y toda la nomenclatura que gobierna el país. Ese fanatismo llega a extremos de intolerancia que por dar una opinión distinta se califica como traidores o conservadores a movimientos y personas.
AMLO tan aficionado a emitir juicios y adjetivos contra todos sus críticos ha optado por evadir el asunto, pretextando que tiene problemas más importantes que atender.
Pero esta consulta amañada producirá un gran desprestigio para el mecanismo de democracia directa. Considero necesario dar la espalda a esa farsa y no acudir el 10 de abril a las urnas.
La invasión rusa ha puesto en crisis a las izquierdas gestadas en la Guerra Fría, “campistas” les llaman en Argentina por seguir los parámetros de los “dos campos: el socialista y el del llamado mundo libre”.
Cuando Lenin llamó a los soldados rusos a “voltear las armas” contra el ejército zarista y rechazó la guerra interimperislista del zarismo contra Alemania, puso las bases de su derrota y de la victoria de los trabajadores.
En una ocasión, José López Portillo le confesó a Humberto Parra, activista sindical y estudiantil, militante del PCM en la UNAM, que había mandado a la policía para impedir que “los comunistas se adueñaran de los sindicatos”.
La crudeza de los calificativos contra la fuerza adversaria o abiertamente enemiga no tolera posiciones diferentes a las polarizadas. Ello condena a múltiples opiniones ajenas al conflicto bipolar a someterse a ese juego perverso.
Es muy importante la manifestación pública de estos tres personajes de las izquierdas, hay muchas más opiniones de militantes que no son públicas. Todas configuran un espectro de posturas que confirman que no hay un pensamiento único pejista en las izquierdas.
No importan los hechos, la gente le cree a los “otros datos” del presidente, hasta ahora no ha surgido un descontento importante contra el estancamiento de la economía, la inflación, la carestía, el desempleo y el crecimiento de la pobreza.
La “herencia” de su testamento político es nefasta para el país y particularmente para los trabajadores y demás sectores que viven en la pobreza y la extrema pobreza.