Gobernar por decreto
El presidente tiene obsesión por los decretos. Es tan apasionado de ese “método” que incluso “decretó” la muerte del neoliberalismo. No importa que se aplique una política económica tan rigurosamente ortodoxa.
El presidente tiene obsesión por los decretos. Es tan apasionado de ese “método” que incluso “decretó” la muerte del neoliberalismo. No importa que se aplique una política económica tan rigurosamente ortodoxa.
Además es una grosera violación a lo establecido en el el artículo quinto transitorio de la reforma constitucional en materia de Guardia Nacional que entró en vigor el 26 de marzo de 2019.
En estos 17 meses de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, más del 70 por ciento de los contratos para realizar obra pública, dar servicios o dotar de productos al Estado se han otorgado sin concurso.
Esta afirmación tan contundente, tiene un cierto sustento, sin embargo es tan genérica y se ha utilizado tantas veces para afrontar crisis de diverso tipo, que tiende a volverse una especie de confusión de lo que se quiere con la realidad.
Esa generación que sufrió la terrible infamia del aplastamiento de La Primavera de Praga encabezada por Dubcek, la misma que pedía Haced lo Imposible y pintaba Prohibido Prohibir durante el Mayo Francés.
El patético dinosaurio de Palacio, pronuncia un “discurso” en un patio desolado, solamente lo acompaña su escolta militar, no obstante termina vitoreando a México.
Prefiere hablar horas de la falsa rifa del avión o ir hasta Badiraguato para saludar de mano a Consuelo Loera Pérez, mamá del Chapo Guzmán o mostrar su amistad a Jaime Bonilla.
El colorido de la vida, bajo la luminosidad y calor solar está bajo el manto invisible y silencioso de una pandemia de consecuencias desconocidas.
Para advertir los inmensos riesgos que tenemos por delante, si continúan dándose los hechos y “narrativas” que practica diariamente el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Su insensibilidad al considerar que la denuncia y combate a los feminicidios era “una maniobra de distracción contra la rifa del avión” provocó un gran rechazo a su conducta muy cercana al machismo.
Una estafa tan obscena como ha sido la gestión del presidente, empieza a expresarse en una tendencia a la baja en sus niveles de aceptación.
Esa simulación ha causado estragos y contribuido a la narcotización de la sociedad. Sobre todo a los sectores populares y particularmente los trabajadores, los asalariados.
Los reúne en Palacio Nacional y coloca en cada lugar de la mesa de sus selectos invitados una hoja con opciones de donación de 20 a 200 millones de pesos para comprar cachitos de la rifa del avión.
Su gobierno aplica una política antipopular, de entreguismo a los Estados Unidos y cada vez más orientada a establecer un régimen muy cercano a una dictadura bajo el control personal del presidente.
Los demagogos ya eran un fenómeno desde los años de Aristóteles y Platón. Se basan, entre otras “verdades”, en en el adagio popular “prometer no empobrece”.
Días antes defendió la represión a migrantes, aduciendo que “La Guardia Nacional resistió y solamente de manera “aislada” hubo choques”.
Porfirio Muñoz Ledo declaró “Morena se me salió del corazón”.
El historiador francés Jacques Attali, quien fue asesor del Presidente Mitterrand, afirma en su Libro Breve Historia del Futuro que los humanos son por naturaleza migrantes.
Actualmente Siempre bajo la dirección de Beatriz Pagés persiste en la defensa de la libertad y afronta una política contra la publicación, otros medios y periodistas que pretende llevarnos a la condición de proscritos.