Estruendo y licuación del suelo en el Istmo
Entrevista con Raymundo Lucero Vázquez
Entrevista con Raymundo Lucero Vázquez
Es momento de pasar a la etapa de reconstrucción integral de la economía.
Los damnificados no están indefensos. Les asiste el indiscutible derecho a reclamar al Estado que responda de sus fallas garrafales.
Los damnificados tienen la gran oportunidad de insertarse de lleno en el maravilloso mundo de los deudores.
Puede ser el inicio de un proceso de cambio económico y social en la estrategia de desarrollo.
Las políticas públicas de protección civil y gestión de riesgos se han subestimado, existe muy poca legislación y la gran mayoría se han enfocado a atender contingencias.
Promueve la solidaridad sin distinguir lugar de origen, nivel, género, religión o creencias
Una clase política que ve en la tragedia nichos de oportunidad de negocios inmobiliarios y un apetitoso agio electoral.
Todo pareció estar apegado al libreto de una obra de teatro del absurdo.
Hay mucho que reclamar al cardenal Norberto Rivera por su falta de liderazgo y desdén ante esta tragedia.
Nos sentimos agredidos por el gastadero gubernativo en propaganda que solo sirve para una cosa: para nada.
Incredulidad sobre el manejo de los recursos por el gobierno de la república.
Ya es hora de que todos los partidos se rasquen con sus propias uñas y que los contribuyentes ya no destinen un peso más de sus impuestos para su financiamiento.
El gobierno en todos sus órdenes deberá de ser muy eficaz, eficiente y transparente en el manejo de los apoyos.
En el caso de los eventos naturales provocados por la destrucción de la naturaleza, es posible no solo prevenir y mitigar sus efectos, sino ir a las causas que los provocan.
Nada se hará hasta que una inconcebible aglomeración de 30 o 40 millones se convierta en una trampa mortal.
Solo las empresas están enteradas de cuánto vendieron o recibieron con destino a los damnificados, porque ni los donadores ni el público en general lo sabe, ni tampoco a dónde se entregaron esos recursos.
Puente entre los damnificados y los brigadistas
Frente a esta tragedia, las necesidades de las víctimas y damnificados deben ser el centro de la reconstrucción y las cuestiones partidistas deben ser relegadas a un plano secundario.
El sismo del 19 de septiembre dejó un saldo de 228 muertos en la Ciudad de México, en tanto que 69 personas fueron rescatadas con vida.