El país que se fue al diablo
No conforme con ser tonto e inculto para el mando presidencial, batea al pueblo con sus dicherías, oficiando pasión beisbolera, que esa sí que la tiene. ¡Qué bien sabe pichar al país! Total que acaba con todos los umpires, y poncha a todos los bateadores, aunque de un jonrón limpio se trate.





















