Las reformas a la Constitución de la CDMX
Es posible modificar o agregar elementos, requisitos y previsiones para reformar las constituciones locales siempre que no se contravengan los de la federal.
Es posible modificar o agregar elementos, requisitos y previsiones para reformar las constituciones locales siempre que no se contravengan los de la federal.
Esto no implica que los estados estén impedidos para legislar en sus constituciones sobre derechos humanos, bien pueden ampliarlos.
En una situación inédita, el Pleno de la Corte determinó escindir la materia de estudio de las referidas acciones de inconstitucionalidad.
En 1996, reconoce a sus ciudadanos el derecho para elegir por votación al jefe de Gobierno, así como a los jefes delegacionales, consejeros delegacionales y representantes de áreas vecinales.
Así fue la suerte que corrió el Distrito Federal, que como tal apareció y desapareció de las cartas fundamentales.
El régimen jurídico y la organización política de la hoy Ciudad de México ha variado a lo largo de la historia.
Sin lugar a dudas —avalada por el jefe de Gobierno—, facilita la tiranía.
Propusimos el gobierno abierto, es decir, el gobierno transparente y rendidor de cuentas, de manera sistemática y diaria.
Son pocos los programas que se orientan al conjunto del grupo familiar.
Al lograr su inclusión, dotamos de un firme soporte jurídico a la sociedad.
Tocará a los ministros de la Corte determinar si para la integración del Congreso regirá la fórmula contenida por la Constitución.
El objetivo fue que la Constitución naciera armonizada con las personas con discapacidad.
Sorpresivamente, se han presentado varias controversias constitucionales ante la Corte.
México fue el primer país en el mundo que reconoció la existencia de garantías sociales.
Básicamente considero que la Constitución de la Ciudad de México expresa las demandas y posiciones de la izquierda más progresista, que es la que prevalece en la sociedad capitalina.
Una política de Estado en la materia con bases claras de coordinación entre la federación, estados y municipios.
El horizonte hoy inscrito en la Constitución Política de la Ciudad de México no tiene muros ni fronteras.
El trabajo de la política es el consenso razonado; la búsqueda y acuerdo de objetivos comunes, así como la selección de vías o instrumentos para alcanzarlos.
Tales presiones obedecen a intereses ajenos al pacto social de la Ciudad de México.
La cultura nivela, concilia y permite construir un mundo sin vallas, linderos y mucho menos muros.