Ochoa Reza busca expropiar la democracia
Lo que han propuesto los partidos es una farsa, un engañabobos, una ofensa a la inteligencia.
Lo que han propuesto los partidos es una farsa, un engañabobos, una ofensa a la inteligencia.
Los hechos se han encargado de poner en duda los mitos y estigmatizaciones que algunos sectores han construido para dañar la imagen del Ejército mexicano.
El destino del Frente Ciudadano por México depende del candidato que elijan, y que las cabezas de esa alianza pueden equivocarse en muchas cosas, menos en esa.
La pretensión de imponer fiscal exhibió falta de visión y sensibilidad política.
El gobierno encabezado por Peña Nieto ha cometido todos los errores que se quiera, pero ni la discriminación o el racismo han sido política o espíritu de su sexenio.
México tiene un serio problema con la pobre calidad moral de sus funcionarios. Están preparados para obtener fama, poder y fortuna, pero no para medir las consecuencias de sus decisiones.
El Odebrecht mexicano tampoco puede entenderse fuera de lo que hoy ocurre en el ámbito internacional.
A Trump, sin embargo, solo le interesa cumplir con sus promesas de campaña para impedir que escándalos como el de Rusia puedan minar su poder político; y cancelar el Tratado de Libre Comercio con México fue, precisamente, uno de los ejes de su éxito electoral.
Rigoberto Salgado no es el único funcionario militante de esa organización política acusado de tener prácticas que lo ligan con el crimen.
Lo importante es que las reglas tradicionales de la política están rotas y que los partidos van a escoger a sus candidatos y presentar sus plataformas a partir de fórmulas novedosas que involucren directamente a la sociedad.
En una crisis nacional, institucional, pero también personal. Por ello, es preciso preguntar: ¿qué vale más, un exgobernador, un secretario de Estado o la integridad de las instituciones?
La justicia mexicana tendrá que quitarle la risa al cínico —¿o enfermo?— político veracruzano.
Que no sea solo la militancia quien lo elija sino que tenga el aval de líderes sociales, intelectuales, académicos y, sin duda, de la ciudadanía.
El doctor Enrique Graue parece estar dando una lucha en solitario. Sus llamados a reestablecer el orden dentro de la UNAM no han sido atendidos por el gobierno federal y la comunidad universitaria.
Los mexicanos debemos agradecer la presencia de Delcy. Nos dejó ver, de cerca, lo que es una dictadura platanera.
La segunda vuelta no es, por lo tanto, una panacea. No es el antídoto. Es, apenas, uno de los instrumentos que deben ser incluidos dentro de un nuevo modelo de sistema electoral y de gobierno.
Lo que dejó ver esta elección es que el populismo autoritario lopezobradorista viene en caballo de hacienda.
Lo que hace el tabasqueño es decirle a Venezuela: ayúdenme a instalar en México mi propia dictadura.
Zepeda puso en entredicho la utopía inexpugnable del mito cuando se negó a acatar el ultimátum de declinar por Delfina Gómez.
Para decirlo de una vez y sin tapujos: los periodistas no somos inmunes y no estamos vacunados contra la corrupción.