Otra vez el petróleo
El presidente electo lo tomó como un éxito, porque se reconoció la soberanía de México sobre el petróleo.
El presidente electo lo tomó como un éxito, porque se reconoció la soberanía de México sobre el petróleo.
Hay figuras de democracia participativa y de rendición de cuentas que aún no hemos alcanzado.
Los partidos políticos tradicionales están prácticamente destruidos por su soberbia y por sus errores.
Optimismo y esperanza son los signos de esta victoria electoral que se manifiesta en la confianza de los consumidores y en una euforia colectiva, que probablemente rebase la realidad.
La fuerza del presidente fue sustituida por los partidos políticos nacionales, que se corrompieron y dieron la espalda a sus militantes.
Andanada vulgar y desenfrenada del nuevo presidente virtualmente electo, quien utiliza una actitud y un lenguaje que no corresponde a su próxima investidura.
Propuestas que nacen más de la ocurrencia y del populismo, que del análisis profundo y del desarrollo social.
López Obrador está siguiendo el camino equivocado, pues no es a través de las relaciones personales como puede y debe manejarse la política exterior.
López Obrador se ha conducido como un triunfador sereno y, sobre todo, responsable.
Comicios con una enorme herida social, generada por la pobreza, por la violencia y por un desencanto hacia el sistema democrático.
Razonar nuestro voto
No se preparó pero tampoco le importó, porque su actitud —desde hace algún tiempo— es la de creerse presidente electo.
Las encuestas no han considerado ni a los indecisos ni a los que —por una u otra razón— ocultan su voto.
En la juventud universitaria, México tiene un horizonte abierto y esperanzador.
Mucho ruido y pocas nueces, el parto de los montes, el enano del tapanco o la carabina de Ambrosio.
La política antimexicana de Trump nos pondrá en una situación de antagonismo abierto.
La nueva actitud de Meade lo hará acercarse al triunfo electoral, aunque todavía está muy lejano.
A menos de 60 días de la elección, es tiempo de recobrar la fuerza de millones de ciudadanos que lo único que esperan es ser convocados con inteligencia política.
Los números fríos no captan las emociones que afectan el voto popular, que lamentablemente no nace del análisis y la inteligencia, sino de una acción emotiva.
Los cinco candidatos se proclamaran triunfadores y sus voceros así lo afirmarán en el llamado posdebate, que realizarán todos los medios.