T-MEC, triunfo de Trump
“Es un claro ejemplo de la inequidad eso que llaman tratado, es todo lo contrario al libre comercio, es algo administrado a favor de Estados Unidos”.
“Es un claro ejemplo de la inequidad eso que llaman tratado, es todo lo contrario al libre comercio, es algo administrado a favor de Estados Unidos”.
No se puede frotar la lámpara de Aladino y esperar que surja un genio que nos conceda abolir las fauces siniestras del neoliberalismo.
Se mantiene una cohesión solidaria en torno del presidente López Obrador, aun cuando se ha polarizado la sociedad tratando de dividirla entre héroes y villanos.
El presupuesto es insuficiente, si se toman en cuenta los desafíos que enfrentamos y la camisa de fuerza que implican los compromisos y el peso de la deuda.
Fin de los contratos de protección que contribuyeron a la precariedad laboral y salarial de millones de mexicanos.
Felipe VI y el ministro Borrell asistieron en representación de España.
“Con esta nacionalización se está avanzando en lograr que los servicios básicos —sean teléfono, agua o electricidad— no sean un negocio privado”.
Se realizará con modificaciones legales y hasta constitucionales.
Los consensos ayudarán a construir políticas públicas que de verdad mejoren las condiciones de vida de la clase trabajadora y la población en general.
La fuerza del presidente fue sustituida por los partidos políticos nacionales, que se corrompieron y dieron la espalda a sus militantes.
La desigualdad es un obstáculo al crecimiento; la pobreza es una reserva que de aprovecharla nos permite crecer más.
Entre capitalismo o neoliberalismo
El objetivo de este burdo lance de guerra sucia resulta evidente: difundir una percepción negativa del populismo y de esta manera perjudicar a López Obrador.
Llevamos un “estancamiento estabilizador” en contra de lo que fue el exitoso “desarrollo estabilizador” con crecimiento anual del 6% hasta 1970.
Llegar al poder parece constituir el fin último, y no los medios de gobierno, del populismo que nos ha llevado a la situación actual.
Estamos en una etapa en que rige la acumulación de capital por medio del despojo.
La democracia, como siempre, no acaba de asentarse en la casa de De Gaulle porque los intereses internacionales no lo permiten.
Los dramáticos avisos de la hambruna pueden ser signos de alerta.
En este mismo contexto, Latinoamérica y el Caribe viven momentos de redefinición, pagando en algunos casos los costos de sus decisiones políticas.
La única alternativa es poner de pie a la nación, para enfrentarnos, con todas sus consecuencias, al mayor imperio de todos los tiempos.