Candidato del PRI… y la oligarquía
Meade no es candidato de un partido, es defensor de un proyecto. No es del PAN, tampoco del PRI.
Meade no es candidato de un partido, es defensor de un proyecto. No es del PAN, tampoco del PRI.
Al aceptar la vergonzosa imposición, los priistas exhiben lo peor de su calaña, las actitudes bajunas de siempre.
El Frente no se encuentra en la posibilidad de cometer errores, pues cualquier paso en falso le traería graves consecuencias.
La definición del debate ideológico se centrará en el modelo económico.
El extitular de Hacienda y excanciller no cuenta en su historial con grandes escándalos de corrupción.
Meade significaría seguir cargando al ciudadano costos fiscales. Es la única opción para que el PRI intente lavarse la cara de corrupción. El discurso de Meade no enamora al electorado. ¿Cómo lo puede hacer cuando él es el tutor de los últimos ajustes fiscales? Raymundo Tenorio/Profesor-investigador del ITESM
Insatisfacción por la “democracia mexicana”
Tengo algunos casos complicados de su paso por las todas las secretarías de Estado.c
Peña Nieto mostró y demostró que es un político cuidadoso de las formas, con control y oficio.
Meade tiene posibilidad de ganar si el voto priista se queda con él. Todo indica que nuevamente López Obrador se enfrentará con un antiguo rival: el PRI. Hay una coincidencia: no se han enriquecido personalmente: José Antonio Crespo/Analista político.
Se entiende que, en una primera etapa, Meade estaba obligado a buscar el respaldo de los sectores priistas. Sin embargo, repetir, como se repitió la liturgia de la cargada, fue un error de estrategia.
El asunto comienza a tener dificultad, sobre todo por la postura de importantes y necesarios liderazgos.
Lo que se pudo observar en el Congreso de Morena fue simplemente un aplausómetro. Se burló de la gente al decir que el candidato de su partido no se elegirá a través de un dedazo. La única forma de que López Obrador se convierta en un personaje de izquierda es que fuera zurdo.
Los institutos políticos han perdido su peso ideológico y, de alguna manera, más o menos todos plantean lo mismo.
Buscaría mantenerme en el PAN, que ha vivido crisis en diferentes momentos desde su fundación en 1939 y habría que estar ahí para reencauzarlo en el futuro.
Rumbos de 2018
El mal llamado Frente Ciudadano por México no acaba de consolidarse porque en el PAN y PRD persisten diferencias de forma y fondo.
La idea misma de que el medio principal de recolección de firmas sea un teléfono inteligente impone barreras muy relevantes a los precandidatos.
Pese a la importancia de las redes sociales, las campañas se siguen ganando en tierra, “todavía no se ganan las campañas con likes”.
Es importante para la democracia que estas candidaturas aparezcan en la boleta electoral.