Aunque toques no te dejo entrar
: Ese despliegue inmenso de las fuerzas armadas del Estado mexicano, constituye una afrenta a los derechos humanos y está llegando a extremos cercanos a una catástrofe humanitaria.
: Ese despliegue inmenso de las fuerzas armadas del Estado mexicano, constituye una afrenta a los derechos humanos y está llegando a extremos cercanos a una catástrofe humanitaria.
Siempre combatí la política demagógica de Echeverría en el plano nacional, con sus programas subsidiarios y el estatismo desaforado.
En una palabra, la lucha política debe garantizar que los cambios obtenidos en una victoria electoral pueden cambiar si después ganan las derechas. qSe debe garantizar el futuro. La gente de cualquier tendencia política debe tener la seguridad en el futuro.
Me parece que se debe intentar avanzar hacia una república parlamentaria que ponga fin al presidencialismo. No tiene que continuar el régimen presidencialista que pone en una misma persona las tareas de jefe de Estado y las de jefe de gobierno.
Triunfo histórico de Gabriel Boric de 35 años, con casi 12 por ciento de ventaja. Chile vuelve a ser vanguardia. Una gran experiencia de lucha extraparlamentaria e institucional. Aprendamos de Chile.
Me percaté de la aberración del monopolio de la titularidad de los contratos colectivos desde 1980 cuando incorrectamente peleábamos la titularidad del Contrato Colectivo de la UNAM.
No se combate a las “mafias” usando el poder del Estado o del gobierno, mucho menos atacando a los investigadores y estudiantes, como se hace con los del CIDE.
Todo ese impresionante aparato demagógico, consigue su propósito: elevar casi a niveles de culto religioso al presidente, como un gigante vencedor en la lucha contra los demonios.
¿Realmente nadie dice ni hace nada? Ante los estropicios sistemáticos contra la mínima existencia de una república laica, democrática, federal y sustentada en la división de poderes y la exclusión del poder de los militares
Los derechos humanos son una invención del neoliberalismo, dice el presidente Andrés Manuel López Obrador, no debería extrañarnos su gran desprecio al tema de hacer justicia para los familiares de las víctimas de desaparición.
Los gobernantes envueltos en la oratoria redentora de los pobres, se mostraron tal como son en realidad: oligarcas habituados a los derroches grotescos.
Estas cifras frías no dicen el drama humano de esas personas. Durante su estancia en México sufren todo tipo de vejaciones tanto por el INM, la Guardia Nacional como por los mismos pobladores por donde transitan.
Este debate se realizó en 1933 hace 88 años. Los universitarios optaron por la Libertad de Cátedra, defendida por Antonio Caso, en lugar de la Educación Socialista defendida por Vicente Lombardo.
No recurro a la vieja táctica de hablar del pasado para referirme al presente como lo hizo Tarkovsky en su película Andrei Rubliov (1966), recupero un antiguo texto porque me parece que registra mi pensamiento de entonces.
Exoneración a altos integrantes de su gabinete que omitieron declarar sus faraónicas fortunas en propiedades de mansiones dentro y fuera del país, lujosos automóviles, joyas, obra plástica y demás tesoros de una élite impúdica.
Esa inmensa mayoría sigue estando bajo la influencia, la cultura o la “hegemonía” que ha sostenido a la casta dominante por más de un siglo, con la breve excepción de la docena panista.
Toda es época del autoritarismo esta regresando con más virulencia y las izquierdas oficialistas se callan, voltean para el otro lado y corean “no somos iguales”. Es el típico grito de “al ladrón , al ladrón…”.
El presidente mexicano sale de del closet y hace público su castrismo. Bienvenida esa tardía definición de las preferencias políticas, ideológicas y fanáticas del presidente.
La soberbia de los demagogos y autócratas, tiene paradójicamente una hegemonía en millones de olvidados, a los que seducen los discursos, propaganda y verdades sagradas de esos estafadores.
El gran filósofo Mario Bunge, quien murió recientemente con más de cien años de una productiva vida, nos dice en uno de sus libros: “No hay sociedad sin política, ni política sin ideología”.