“Carta abierta” de AMLO para legalizar drogas: Sánchez Cordero
¿Donde están las personas desparecidas? ¿Quienes son los responsables? ¿Por qué la inactividad estatal? Dejemos de simular que en este país no pasa nada.
¿Donde están las personas desparecidas? ¿Quienes son los responsables? ¿Por qué la inactividad estatal? Dejemos de simular que en este país no pasa nada.
Colombia y las FARC.
Lo cierto es que el Papa Francisco puso en claro, una vez más, que la diplomacia papal es una de las más activas e influyentes del planeta.
“Esperamos que hoy sea el inicio de un nuevo capítulo para Colombia en el que con el compromiso de todos los ciudadanos y las instituciones públicas, se empiece a construir el camino para una paz estable y duradera”.
A pesar del sorprendente y oscuro callejón del “No” a los Acuerdos de Paz en ese país sudamericano, hay un atisbo hacia la pacificación.
Distintos grupos sociales han empezado a movilizarse en defensa de la solución negociada que prometía el Acuerdo de La Habana sobre la paz colombiana.
En la vida del ser humano observamos que muchos de sus acuerdos de paz traen, en sus entrañas, la semilla de las futuras guerras.
Lo cierto es que, más allá de un mensaje de tranquilidad al pueblo colombiano, que teme el estallido de las bombas y el tiroteo de los fusiles y las metralletas y pistolas, apenas se ha avanzado nada.
Más de medio siglo de guerra causa muchas heridas. Y no todos tienen la piel tan gruesa como para perdonar, por eso la sociedad acabó dividida casi a la mitad.
La negociación deberá retomar aspectos muy sensibles en donde las posiciones están polarizadas.
Frente a la desigualdad, la acumulación absurda del dinero y la pobreza extrema, cada día se degradan y se pervierten más.
La incertidumbre inherente a toda elección democrática se extiende ahora a una decisión política de dos fuerzas antagónicas, en todos los sentidos, que habían aceptado negociar y alcanzar acuerdos para evitar más muertes y conflictos armados.
Las FARC pretenden desconocer la democracia. Si quieren venir a la democracia van a tener que entender que las elecciones no son un juego.
“No hay que pensar la paz desde una perspectiva a futuro, sino ya como presente, a partir del cese bilateral del fuego”, dice el escritor colombiano Betuel Bonilla.