Un repaso a nuestra historia
Es una pena que haya tantos que, por prejuicios ideológicos, políticos, por personales agravios y por descarnadas y siempre negadas ambiciones de poder no repasen nuestra historia.
Es una pena que haya tantos que, por prejuicios ideológicos, políticos, por personales agravios y por descarnadas y siempre negadas ambiciones de poder no repasen nuestra historia.
A los millones de afiliados del IMSS no les importaría a qué partido, coalición o alianza perteneciera.
Es más lo que nos une como mexicanos que lo que nos separa.
La incredulidad en la política puede llevar a callejones sin salida, de los cuales no salen las naciones sin pagar un sangriento costo.
Las campañas y elecciones son eso: una feroz lucha por el poder.
Se multiplican los análisis, las opiniones, los comentarios y las conjeturas.
En la lucha electoral se han empleado todas las tretas, muy pocas de ellas propias de un juego de caballeros.
En el altiplano todavía pensamos como los aztecas que vivimos en el ombligo del mundo.
La transición aflojó el control desde el centro a los gobernadores, sin importar su filiación partidista.
Disputa por la Presidencia de la República y las inminentes campañas, con toda su carga de sinrazón, de mala fe, propias de la lucha política.
Nuestros problemas y nuestras diferencias sólo pueden ser resueltos por medio de la política.
Dejar pendientes las decisiones cruciales para que el tema de la corrupción pueda ser central en la campaña presidencial de 2018.
Los gobernadores estaban cada día más fuera del control federal.
En realidad piden que el Ejecutivo federal obligue a los gobernadores, porque hay cierta nostalgia de “aquella Presidencia”.
Los valores morales son aquellos que debemos compartir como parte de la convivencia diaria.
Cada partido empieza a construir su propia narrativa, cada uno marca su ruta para alcanzar el triunfo.
Las encuestas lo ponen a la cabeza de las preferencias electorales; pero, necesita controlar su temperamento, al menos en público.
Las bancadas de la Cámara de Diputados no se atreven a aprobarla.
Primero amenaza, si el adversario cede, lo avasalla. Si resiste con firmeza, entonces empieza a negociar.
La llegada de Donald Trump le ha acarreado al gobierno mexicano turbulencias financieras.