Tragedia aérea en Colombia deja 75 muertos
El equipo brasileño Chapecoense, que se dirigía a Colombia para disputar la final de la Copa Sudamericana, sufrió accidente aéreo.
El equipo brasileño Chapecoense, que se dirigía a Colombia para disputar la final de la Copa Sudamericana, sufrió accidente aéreo.
El nuevo pacto considera la creación de un gobierno de transición conformado por todas las fuerzas políticas que garantice el cumplimiento de los acuerdos.
Tras semanas de negociaciones se espera que el Gobierno colombiano y las FARC firmen este 24 de noviembre un nuevo acuerdo de paz.
A pesar del sorprendente y oscuro callejón del “No” a los Acuerdos de Paz en ese país sudamericano, hay un atisbo hacia la pacificación.
Distintos grupos sociales han empezado a movilizarse en defensa de la solución negociada que prometía el Acuerdo de La Habana sobre la paz colombiana.
En la vida del ser humano observamos que muchos de sus acuerdos de paz traen, en sus entrañas, la semilla de las futuras guerras.
Lo cierto es que, más allá de un mensaje de tranquilidad al pueblo colombiano, que teme el estallido de las bombas y el tiroteo de los fusiles y las metralletas y pistolas, apenas se ha avanzado nada.
Más de medio siglo de guerra causa muchas heridas. Y no todos tienen la piel tan gruesa como para perdonar, por eso la sociedad acabó dividida casi a la mitad.
La renegociación será difícil sobre todo con un nuevo integrante que será el partido Centro Democrático, liderado por el ex presidente Alvaro Uribe, y quien fue el principal promotor del “No” en el plebiscito.
La negociación deberá retomar aspectos muy sensibles en donde las posiciones están polarizadas.
En términos reduccionistas hasta de forma grosera, pero fáciles de entender, ni Colombia ni Hungría cuentan con ciudadanos tan informados y dispuestos a meditar su voto como los suizos.
Frente a la desigualdad, la acumulación absurda del dinero y la pobreza extrema, cada día se degradan y se pervierten más.
La incertidumbre inherente a toda elección democrática se extiende ahora a una decisión política de dos fuerzas antagónicas, en todos los sentidos, que habían aceptado negociar y alcanzar acuerdos para evitar más muertes y conflictos armados.
Las FARC pretenden desconocer la democracia. Si quieren venir a la democracia van a tener que entender que las elecciones no son un juego.
El Comité Nobel Noruego dijo que era un homenaje al pueblo colombiano. El conflicto ha causado la muerte de 220 mil personas.
“No hay que pensar la paz desde una perspectiva a futuro, sino ya como presente, a partir del cese bilateral del fuego”, dice el escritor colombiano Betuel Bonilla.
El gran damnificado es el presidente, Juan Manuel Santos. El hombre que consiguió firmar un proceso de paz con las FARC después de 52 años de guerra.
Los colombianos deciden con el 50.2% rechazar los acuerdos de paz entre el Gobierno y las FARC. El 62.57% de la población no asistió a la votación.
El reto es enorme porque fue un conflicto de décadas que hoy deja una sociedad con la gran esperanza de paz.
El acuerdo de paz fue firmado por ambas partes con un “balígrafo”. Es decir, un bolígrafo hecho con balas que serían usadas en el conflicto armado que ahora se disipa.