Portugal, izquierda invisible
Según las encuestas, este gobierno de izquierda goza de popularidad y saca más de diez puntos porcentuales a sus rivales. No, no es un régimen socialista, ni mucho menos, es una coalición de gente de izquierda.
Según las encuestas, este gobierno de izquierda goza de popularidad y saca más de diez puntos porcentuales a sus rivales. No, no es un régimen socialista, ni mucho menos, es una coalición de gente de izquierda.
El pasado domingo 24 de septiembre los alemanes fueron a las urnas y decidieron, como ya apuntaban todas las encuestas, que la canciller Merkel siguiera al frente del gobierno.
En Europa.
Los ciudadanos europeos que “cumplan” las condiciones que el gobierno británico defina, podrán permanecer en el país gozando de “casi” la totalidad de los derechos que disfrutan hasta ahora.
Los hechos ocurridos en Las Ramblas han sido devastadores pero la población lo ha enfrentado y se ha levantado diciendo: “no tenemos miedo”, y así los turistas se sienten más animados a seguir llegando a ese cálido y hermoso país.
Ya ha pasado bastante tiempo desde aquel famoso planteamiento teórico de Samuel Huntington (1993), el “choque de civilizaciones”, que se propagó como el escenario posible para el futuro de la humanidad.
En Italia, como en la mayoría de países de Europa, crece el rechazo a la inmigración masiva.
Trump se reunió por primera vez con su homólogo ruso, Vladimir Putin, a quien se le señala una presunta influencia sobre el mandatario estadounidense.
Por un puñado de libras, May ha comprado tiempo para “reforzar la unión” del Reino Unido, si tal cosa es posible.
Al cierre de este material, la primer ministra británica Theresa May, hacía hasta lo imposible por convencer a los miembros de su partido (conservador) de que puede formar un gobierno más o menos estable.
De 1990 a 2014, según el estudio de la ONU, las megaciudades (con más de diez millones de habitantes), han pasado de 10 a 28 y en ellas “viven” 453 millones de personas.
Esos son los nuevos temas de las páginas de los medios y también los puntos sobre los que trabajarán Macron y Merkel.
Es evidente que el crecimiento económico a toda costa, no sólo no resuelve el problema de desempleo creciente.
Los indecisos pueden inclinar la balanza, pero el abstencionismo también puede ser la diferencia. Los ojos del mundo estarán puestos en Francia, donde se puede iniciar otra “revolución”.
Parece ser que la era Trump ha impulsado el fanfarroneo. Ni May, ni Merkel, ni ninguno de los líderes de la Unión Europea, tiene un escenario controlado para poder actuar según estos planteamientos.
Todavía faltan algunas semanas para la elección francesa y por supuesto la guerra propagandística va a arreciar.
Los principales procesos políticos europeos tienen en juego factores comunes, por ejemplo, las políticas sobre inmigración y los refugiados, temas que atraviesa todos los escenarios.
Apenas cumplió un mes en el poder y Donald Trump ha hecho mucho ruido, mucho show, pareciera que sigue en campaña electoral.
En marzo se llevará a cabo la primera escaramuza electoral en Europa.
Trump no ganó con mayoría de votos y la ultraderecha en Europa lo sabe, como también sabe que tampoco son mayoría en Europa.