Las políticas de los gobiernos de la Cuarta Transformación, en realidad los de las izquierdas oficiales, que gobiernan la Ciudad de México hace 28 años han sido una manera suave de aplicación de su abominado neoliberalismo.
El problema es estructural. De ahí que, para remontar insuficiencias económicas y rezagos sociales, los estados deban fraguar acuerdos políticos sustentados en un pragmatismo edificante…
La promesa de bienestar que siguió a la caída del Muro de Berlín y del socialismo real, se agotó por carecer del músculo económico requerido para transformar retos en oportunidades para todos los pueblos.
La enésima exhibición de obscenidad y quiebra y decadencia del Estado, el gobierno, los partidos y los cientos de casos de acciones violentas de los grupos criminales; sin olvidar las acciones violentas de la Guardia Nacional y las fuerzas armadas contra las comunidades campesinas.
Ecuación por la que el gobernante descifra lo que es importante para su nación.
La victoria de unos es la derrota de otros, en específico de dos partidos políticos que están por perder el registro.
¿De verdad ya no hay ideologías?
La ambición, el colaboracionismo con el actual régimen y la mezquindad han dejado ajada su estructura.
Un candidato que encabeza una marcha de Pro Vida y otras organizaciones protofascistas que se amparan en la religión.
Frente a los ejercicios ciudadanos de la selección de gobernantes debemos precavernos. Algunos tienen defectos a la vista.
Campea el pragmatismo, se olvidan los principios ideológicos, con tal de ganar la Presidencia de la República.
Vida y arte
El pragmatismo prevalecerá por encima de los principios, las convicciones y de las ideologías, lo cual es lamentable. Eduardo Huchim May/Analista político
Como siempre, en torno a la crisis actual hay un amplio debate, en el cual la primera temática es si se trata de una sola crisis o de la recurrencia de muchas.
Ya ha pasado bastante tiempo desde aquel famoso planteamiento teórico de Samuel Huntington (1993), el “choque de civilizaciones”, que se propagó como el escenario posible para el futuro de la humanidad.
No hay otra meta para la humanidad de nuestro tiempo que el enriquecimiento y la obtención del dinero.
En el número 983 de la Revista Siempre! se leía un análisis sobre el socialismo de Fidel Castro.
