La política imaginaria
La imaginación, según Octavio Paz, es el más valioso de nuestros dones, pero el más peligroso.
La imaginación, según Octavio Paz, es el más valioso de nuestros dones, pero el más peligroso.
En política, las palabras son más graves y más costosas que los hechos.
Los riesgos de una contienda sin ética, sin seriedad y sin respeto, humilla al electorado.
Spota habría de escribir que la crueldad de la imaginación se vio superada por la crueldad de la realidad.
No todos pero muchos políticos siguieron siendo cursis, presumidos, conspicuos y ridículos, pero ya no aldeanos sino cosmopolitas.
Desapareció la dictadura y Cataluña quedó inconforme. Despareció el centralismo y Cataluña siguió quedando inconforme.
Ante un enemigo rebelde, numeroso, armado, impetuoso, adinerado y penetrante, me preocupa que el gobierno pueda llegar a ser ingenuo, estático y débil.
No olvidemos que la victoria ha sido una constante casi siempre presente en los doscientos años mexicanos.
Reconstituir nuestros sistemas de justicia porque, salvo unos cuantos mexicanos, el resto vivimos en el riesgo de la injusticia.
Recomendaría solo dos métodos para los mexicanos. Uno, despertarlos ya, para que no sueñen. Otro, sedarlos prolongadamente para que despierten hasta el próximo sexenio.
Temas trascendentes e ineludibles en la atención y proyección de quienes, como partido o como individuos, pretendan gobernar.
Un viejo chiste cuenta que un creyente le rezaba a su dios para que lo socorriera con el premio de lotería. Su altísimo lo escuchó y quiso complacerlo pero antes le ordenó que comprara un boleto del sorteo.
Si el cambio no se genera en el interior buscará su origen donde sea.
Me ha dolido que muchos pueblos americanos vean a México con tan poco cariño.
La democracia es seductora y divertida, mientras que la gobernabilidad es insípida y aburrida.
Al día siguiente, todos estarán proclamando su derrota y, algunos, llamándose robados.
No es propiedad exclusiva ni monopolio de un solo partido, ni de una sola generación, ni de un solo país.
En México no existe ningún control sobre la calidad profesional.
Existen mayorías electoras que votan por la segregación, por el aislamiento o por la guerra
Los gobernantes están obligados a saber cuándo han llegado a esa línea divisoria entre el éxito y el fracaso.